Un día antes de viajar a Venezuela para vivir la que iba a ser su primera experiencia en el baloncesto profesional internacional, Romario Roque recibió una llamada en la que le informaban que la liga de ese país había sido suspendida. Era marzo de este año, cuando la pandemia de la Covid-19 comenzaba a paralizar el mundo.
Se había frustrado un paso que anhelaba en su carrera, pero el barranquillero asumió el tiempo libre para prepararse al máximo y estar listo, sin siquiera planearlo, y jugar en Titanes de Barranquilla, la franquicia que desde hace dos años representa a la ciudad en la Liga de Baloncesto Profesional de Colombia (LBP).
El pasado 14 de septiembre fue uno de los fichajes confirmados oficialmente por el equipo de la capital del Atlántico, por lo que recibe la bienvenida de las directivas, cuerpo técnico y jugadores, para integrar la nómina que defenderá el bicampeonato a partir del próximo 14 de octubre en la ‘Liga Cali 2020’, edición de este año del torneo que se jugará en esa ciudad bajo el modelo de ‘burbuja’, como parte de las medidas por la llegada del virus al país.
“Nací en Barranquilla y me levanté en el barrio Las Delicias, muy cerca del parque Suri Salcedo, que tenía como el patio de mi casa. Así que estoy muy feliz de jugar con el mejor equipo de la Liga que es Titanes, el de mi ciudad”, expresó el jugador.
Como ya es costumbre, llevará el 7 en su camisa, entre muchos motivos, para homenajear a Marco Tulio Altamar, a quien considera su mentor, lo formó en el baloncesto en Barranquilla, y también utilizó ese número cuando participó en selecciones Atlántico y Colombia.
“Él (Altamar) es como mi papá”, anotó.
Con nombre de futbolista, Romario Roque recuerda que sintió primero amor por el fútbol y después por el baloncesto. Durante un buen tiempo se la pasó entre ambos deportes, hasta que se dio cuenta que entre cestas y la pelota naranja se destacaba mucho más.
“Cuando comencé a salir a eventos nacionales, entre los 12 y 13 años de edad, me fui dando cuenta de que me iba bien. Luego vinieron los torneos suramericanos con la Selección Colombia sub 21, en la que mi nombre comenzó a quedar, casi siempre, en las listas de los máximos encestadores”, relató el base-escolta, de 21 años y 1,80 de estatura.
Roque inició en el Club Trotamundos de Barranquilla, luego vinieron las invitaciones para hacer parte de la selección infantil del Magdalena, en vista del poco apoyo que, en ese entonces, existía en el Atlántico para ese deporte.
Tenía 13 años cuando en un torneo realizado en el Coliseo Elías Chegwin de Barranquilla, el Club Marinillos de Medellín vio sus cualidades y se lo lleva a la capital de Antioquia.
“Medellín es fundamental en mi vida porque allí he forjado gran parte de mi carrera. He estado en las selecciones Antioquia y el equipo de mi Universidad, la de San Buenaventura, que es campeón nacional. A nivel profesional, he estado dos temporadas con Academia de la Montaña”, agregó.
De su forma de jugar, el barranquillero considera que será su visión del juego el máximo aporte al equipo. También, reconoce que es buen lanzador por fuera y dentro del perímetro.
“Será una edición de la liga bastante exigente por lo que la preparación física marcará una diferencia entre los equipos. Estoy feliz de llegar a Barranquilla y le mando un saludo a toda la gente en Barranquilla”, concluyó Romario Roque.
Tras confirmar el fichaje, las directivas de Titanes de Barranquilla manifestaron que es un orgullo traer al equipo a jugadores nacidos en la ciudad y con tanto talento.
“Sabemos que es un jugador que cuenta con fanaticada en la ciudad y hace rato quería jugar en aquí, así que estamos muy contentos”, destacó Alberto Caparroso, presidente de Titanes de Barranquilla.