Titanes lo volvió a hacer. Tres años después de haber conseguido su primer título de la Liga de Baloncesto Profesional en suelo sanandresano, el equipo de Barranquilla se alzó con un nuevo ´título, el quinto, el que lo convierte en el Pentacampeón de Colombia.
Esta vez no le ganó al extinto Warriors, sino a un duro Cimarrones que, aunque su ficha indica, es una franquicia del Chocó, sin embargo, fue un equipo confeccionado y pensado para que, bajo la batuta de José Carrreño, buscara el campeonato por la isla en el torneo clausura de la Liga Wplay de Baloncesto Profesional.
Titanes llegó con la confianza que le dio haber remontado la serie el pasado fin de semana, luego de ir 0-2, y con la convicción de que era el último partido de la temporada, ya que si quedaba de segundo tenía que jugar tres juegos más ante los mismos Cimarrones, por la Súper Copa, a tres encuentros que enfrentarían a los campeones del torneo Apertura y Clausura.
A las 2:18 de la tarde, el lanzamiento de la ‘naranja’ al aire se atrasó unos minutos por un inconveniente en uno de los relojes, Titanes inició el compromiso con un excelente desempeño que le permitió anotar 34 puntos en el primer cuarto, ante solo 16 de su rival.
El buen funcionamiento de la defensa permitió, en esos primeros 10 minutos, anotar con mayor comodidad a un Hansel Atencia, que aportó 25 puntos en 33 minutos de juego, 18 de ellos a través de 6 triples. Josimar Ayarza, el panameño, también se animó a lanzar de afuera del perímetro en dos ocasiones que tuvieron fortuna y su compatriota, Ernesto Oglivie, letal en las penetraciones tras las buenas asistencias de Selem Safar y Jonathan Rodríguez.
Cimarrones sangraba, pero no se dio por vencido así iniciara el segundo cuarto perdiendo por 18 puntos, pues en la serie ya había podido remontarle a Titanes marcadores similares.
Es así como el segundo periodo fue un poco mejor para el local que anotó 20 puntos en el parcial ante 19 de Titanes para dejar un 54-35 en la pizarra.
El coliseo Ginnie Bay de la isla ya estaba casi lleno, con cánticos y estruendosos tambores que buscaban animar a Cimarrones y otra barra de barranquilleros que viajó exclusivamente para alentar a su equipo desde las graderías. La fiesta del baloncesto no podía tener un mejor marco.
La diferencia era de 19 puntos y entonces inició el tercer cuarto y un inspirado Romario Roque, por parte de Cimarrones, se fue imparable al aro y en cuestión de segundos sacó 6 puntos para dejar a su equipo con ampliar posibilidades de remontar. Titanes se estremeció con la reacción sin tregua de su rival. La tendencia se mantuvo y un aguerrido Cimarrones pudo poner el marcador de 62-56 a favor de los barranquilleros a cuatro minutos de terminar ese periodo.
Con 70-63 empezaron los últimos diez minutos de la gran final. Entonces Roque, de nuevo, intensificó con un largo tiro triple que acortó a cuatro puntos la diferencia.
Sin embargo, la garra de Titanes volvió a sentirse cuando Cimarrones más estaba cerca a la remontada, estando 79-75 arriba. Hansel Atencia se inspiró y marcó la diferencia con dos sendos tiros triples que aumentaron a diez el colchón de puntos de Titanes: 95-75 a falta de cinco minutos del partido. La comedera de uñas y el drama se intensificaron en el coliseo de San Luis, cuando al final no les alcanzó a los Cimarrones, cuyos errores claves les pasaron factura en momentos complicados del cierre del partido.
Sin embargo, Dominique Morrison, que no fue el mismo de los primeros partidos, intentó a la fuerza traer a su equipo con un 94-90 a favor de Titanes en los últimos 40 segundos.
Entonces, cuando más se necesitó de jugadores que marcaran la diferencia, Hansel Atencia remató las expectativas de remontar de Cimarrones y le dio la tranquilidad a Titanes para consolidar el quinto título en línea en su palmarés. El marcador final en San Andrés fue de 100-90. Partidazo.
Entonces llegó la hora del festejo y una premiación inolvidable que dejó a Ernesto Oglivie como el MVP de la serie de finales y a Titanes un trofeo adicional: el de la Súper Copa que no se jugará porque los de Barranquilla fueron los campeones de la LBP tanto en el primer semestre como en el segundo del año.